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Hoy debemos reflexionar sobre las cosas que están ocurriendo y la aceleración que debemos darle a los proyectos que estaban en carpeta.
Nuestro desafío es insistir con más fuerza en desarrollar las actividades económicas mediante un crecimiento sostenible y reduciendo las emisiones.
Debemos de una vez por todas eliminar la dependencia del petróleo que aparte de contaminar nuestra atmósfera, tiene gran volatilidad de sus precios y dolorosas externalidades impactando la salud, crisis políticas, calentamiento global y contaminación en todos los sentidos.
Hoy es el momento de tomar decisiones y eliminar subsidios y ocupar esos dineros en fomentar las energías limpias y donde el hidrógeno pasa a tomar el protagonismo y convertirse en la fuente de energía de los próximos siglos.
En Chile, podemos producir Hidrógeno a un costo razonable debido a la gran disponibilidad de energía solar, factor determinante en la producción de este combustible.
Para producir debemos consumir y si lo hacemos los productos y servicios derivados del uso del Hidrógeno agregarán valor a nuestras exportaciones reduciendo la huella del carbono y mejorando drásticamente su competitividad.
Necesitamos que el emprendimiento y la innovación, unido a la estrecha relación de colaboración público-privado definan una ruta hacia una economía mas sana, limpia y competitiva en todos los sentidos y logrando independencia energética y diversificación ofreciendo nuevos y mejores trabajos y haciendo cada día un país más agradable donde vivir.
No podemos esperar mas y ojalá esta pandemia que está acelerando nuevas formas de trabajar, de estudiar y de consumir, nos definan el futuro de una nueva y mejor forma de vivir. Los invitamos a crear el futuro hoy.
La solución sería reemplazar el carbón, el petróleo y el gas, a largo plazo, con energía primaria que proviene de la electricidad generada por el sol y la electricidad eólica. Pero la electricidad eólica y solar no forman una imagen completa de nuestra solución de energía limpia.
Dentro de la mezcla, necesitaremos un combustible transportable de mayor densidad.
Piense en un buque enorme que recogerá cien mil toneladas de mineral de hierro del Puerto de Caldera en el Norte de Chile y lo llevará a Shanghai. Por el momento utiliza combustible bunker el cual es realmente malo.
Bueno, eso no es realista. Es difícil ver que las baterías alcanzarían la densidad de energía que le permitiría alimentar esa tremenda nave.
El hidrógeno en cambio, tiene una densidad energética mucho mayor que las baterías y es un combustible limpio que no produce emisiones de carbono. En cambio, produce agua.
El hidrógeno es una fuente secundaria de energía, lo que significa que necesita ser producido a partir de otras sustancias. Podemos producirlo a partir del agua utilizando energía renovable, que no libera emisiones de carbono. También podemos producir hidrógeno a partir de gas natural, carbón y biomasa, pero estos métodos liberan emisiones de carbono que deben capturarse y almacenarse de manera segura. Una vez que lo haya hecho, es conveniente usarlo como alternativa al petróleo para el transporte y al gas natural para la calefacción.
Con una abundancia de recursos naturales, Chile puede producir hidrógeno limpio, asegurando que se convierta en una parte clave de nuestra solución de energía limpia.
Las soluciones
Aproximadamente el 90% del hidrógeno producido hoy proviene de la reforma del gas natural. ¿Cómo podemos cambiar hacia el hidrógeno generado de forma renovable a partir de la electrolisis?
Hay dos factores El primero es económico: la industria y los consumidores quieren la opción más barata cuando se trata de combustible. Por lo tanto, tiene que haber una ventaja económica para producir hidrógeno por electrolisis. Esto puede ocurrir porque el costo del gas natural aumenta, ya sea por cuestiones políticas o porque eventualmente nos vamos a acabar. Por otro lado, si podemos reducir el costo de la electrolisis, entonces podemos reducir el costo del hidrógeno producido de esta manera, haciéndolo más competitivo económicamente.
El otro factor es político. Si los gobiernos del mundo deciden apoyar el hidrógeno producido de manera renovable, implementando un impuesto al carbono sobre el gas natural o otorgando subsidios al hidrógeno producido a partir de energía renovable, entonces estamos convencidos de que el hidrógeno desempeñará un papel inmediato e importante, porque tenemos acceso a la tecnología ahora mismo.